lunes, 29 de mayo de 2017

De Trípoli a Manchester; la implicación británica en el auge del yihadismo

David Cameron, en Benghasi
Tras el reciente atentado yihadista en Manchester, no demasiados medios se han atrevido a profundizar en la historia del suicida británico de origen libio y su familia. En pocas semanas, su historia será olvidada.

Los mismos gestos y declaraciones de solidaridad, consternación y condena han saturado los medios de comunicación y se incorporan a los repetidos discursos de toda la clase política europea, por más que trasladen un mensaje vacío e hipócrita que parece haber adoptado ya un formulismo recurrente cada vez que sucede un nuevo atentado yihadista.

Sin embargo, la conmoción y la desorientación que sufren la ciudadanía europea continúan suponiendo un importante activo para determinados gobiernos a la hora de seguir ejecutando sus planes en política exterior; al amparo de una prensa servil y manipuladora, dichos ejecutivos siguen perpetuando una política de doble rasero increíblemente hipócrita y que permite que la ciudadanía de dichos países se mantenga "en tinieblas" respecto a la creación, fomento y utilización de los movimientos yihadistas para alcanzar objetivos geopolíticos, mientras se despliega todo un verdadero "teatro" en el cual gobiernos como el de Reino Unido, Francia, Canadá o EE.UU se siguen presentando como valedores de la "libertad y la democracia" frente a la barbarie yihadista.

Reino Unido y el yihadismo
El Imperio británico instrumentalizó los movimientos islamistas desde sus inicios hasta hoy en día.

Libia, Kosovo, Bosnia o Siria, son los últimos escenarios donde los británicos desplegaron radicales islamistas, muchos de ellos previamente "acogidos” en el Reino Unido como "perseguidos o refugiados políticos", en pos de oscuros objetivos de su política exterior que no han hecho sino alimentar y fortalecer al yihadismo a una escala global.

Lo cierto es que habría que remontarse aún más en el tiempo; Gran Bretaña, entonces Imperio Británico, jugó un papel decisivo en la creación de la actual Arabia Saudí y por ende, en la expansión de la ideología wahabita. En la segunda mitad del siglo XX y en plena Guerra Fría, Reino Unido "diseño" y apoyo el nacimiento de la actual Hermandad Musulmana en 1951.

Tanto Reino Unido como EE.UU presionarían años después a Arabia Saudita para crear la Liga Islámica Mundial (en árabe Ar-Rabita), dotada históricamente de un extraordinario presupuesto y establecida para financiar movimientos yihadistas a nivel mundial. Fue fundada en el año 1962, y reconocida por Naciones Unidas con la categoría A, con status de observador como organización no gubernamental y cuya sede permanente esta en La Meca (Arabia Saudita). (1)

Revelaciones como las publicadas por Middle East Eye, que señalan sin ambigüedades a la inteligencia británica (MI-5) como responsable del traslado, adiestramiento y equipamiento de yihadistas libios desde Reino Unido a Libia en 2011 implican escandalosamente al estado británico en la radicalización y expansión del terrorismo, que por supuesto ha golpeado también a la población británica y ha llevado al despliegue de tropas británicas en las calles del país (Operación Temperer).

Eso incluye el dudoso papel de Theresa May, quien durante el gobierno Cameron (2010-2016) fue secretaria de Estado de Interior, formando parte del hermético Comité Cobra (Cabinet Office Briefing Room) y por tanto responsable del MI5. Como apuntan diarios británicos, May habría sido consciente de la entrega de pasaportes, visados y financiación a centenares de terroristas como Ramadán Abedi o Salman Abedi, para que viajaran a Libia y a Siria. (2)

Lejos de provocar el terremoto político que en forma lógica hubiera de haberse desprendido de unas informaciones tan comprometedoras y reveladoras, apenas traerán consecuencias, mientras trata de echarse tierra sobre el espinoso asunto y se anuncia pomposamente que la OTAN declara la guerra a Daesh cuando la victoria de Siria y sus aliados parece consolidarse a l par que el ocaso de esta organización terrorista, apenas indistinguible de las fuerzas yihadistas que la misma OTAN utilizo para destruir Libia.

Su historia y la de su familia son profundamente reveladoras acerca de lo anteriormente expuesto. Por ello, pocos medios han decidido publicar en toda su dimensión el papel del último yihadista suicida y su familia; desentrañar hasta las últimas consecuencias su historia significa hallar una aplastante evidencia de la conexión entre el gobierno británico y los movimientos yihadistas libios. Apenas días después del atentado en Manchester, un nuevo golpe yihadista golpeaba a la comunidad copta en Egipto, cometido por la sección libia de Daesh; su germen nació en 2011, pero aquello se le vendió al mundo como población civil en armas contra la tiranía del cruel Gadafi

Contar esa historia sería el primer paso para llegar a entender cómo, a día de hoy, tropas británicas incursionan en el desierto del sur de Siria, junto a estadounidenses y noruegos, en compañía y escolta de fuerzas, ampliamente etiquetadas como "rebeldes", pero indistinguibles ideológicamente de aquellos yihadistas de Al-Qaeda libio, Al Nusrah o Daesh. Existen miles de testimonios de civiles sirios que se sorprenden al ser preguntados por medios occidentales acerca de estos "rebeldes" y sus diferentes denominaciones; para ellos no hay diferencia ninguna entre los yihadistas, salvo las propias disputas que entre ellos puedan acaecer.

En la última agresión directa de EE.UU sobre Siria, aviones estadounidenses atacaron a unidades sirias cercanas a modo de autodefensa (según Washington), mientras Damasco afirma, como después han demostrado los hechos, que ni siquiera esa excusa es cierta pues sus fuerzas participaban en la gigantesca operación contra Daesh que ha culminado con una colosal victoria estratégica de Siria y sus aliados. (3)

En efecto, a mediados de mayo, fuerzas estadounidenses y británicas incursionaron en el sur de Siria a través del paso fronterizo de Al-Tanf en la gobernación de Homs, como informó SMART News Agency, agencia pro-turca. Cerca de 150 militares estadounidenses y británicos entraron en Siria, junto con el grupo “Jaysh Mughawyr Al-Thurah” del Ejército Libre Sirio, en un vano intento de bloquear o al menos obstaculizar al Ejército Árabe Sirio (EAS) en la gobernación de Deir Ezzor.

Jaysh Mughawyr Al-Thurah
Estados Unidos llevo a cabo un ataque aéreo contra un convoy militar sirio al acercarse a la citada localidad de Al Tanf, donde las fuerzas especiales de Estados Unidos y del Reino Unido entrenan a las milicias yihadistas. (4)

Las últimas informaciones apuntan a que estas fuerzas se habrían retirado del sur de Siria debido al avance de los soldados sirios y los combatientes de Hezbolá y las milicias iraquíes hacia el paso fronterizo de Al Tanf, que enlaza con la autopista Damasco-Bagdad.



De vuelta a 2011; Londres y el yihadismo libio
Un hecho que irremediablemente nos retrae a 2011, cuando la aviación de la OTAN destruía Libia alegando proteger a civiles indefensos masacrados por el tirano Coronel. La misma cobertura propagandística, los mismos protagonistas, pero ante un estado, un ejército, un pueblo como el sirio, que ha resistido épicamente durante 6 años por diferentes y variadas causas.

Entre ellas, que no cayó en trampas como la diseñada y perpetrada por Reino Unido contra la Libia de Gadafi. Tras inventar prefabricados conceptos como la R2P ("Responsabilidad de Proteger") publicitado por Tony Blair o las "No Fly Zone" y tras destruir el Irak de Saddam Hussein, Reino Unido acordó con Francia la destrucción y el reparto de Libia, previa aniquilación de Gadafi. Británicos y franceses persuadieron durante anos a Gadafi para desarmarse y abrir Libia a Occidente, pero con el objetivo futuro de su destrucción.

Entre otras cosas, un engañado Gadafi accedió a desmantelar las armas de destrucción masiva de Libia en un acuerdo cerrado directamente por Muammar el Gadafi y Tony Blair en una conversación telefónica en diciembre de 2003 (5) e inició un proceso de apertura dirigido por su hijo Saif Al Islam, educado en Londres.

Abdel-Hakim Belhaj
Reino Unido incluso llegó a entregar a varios de los líderes yihadistas a Libia, como el famoso Abdel-Hakim Belhaj o Khaled al-Sharif, viejos conocidos de la Inteligencia británica como ex-combatientes en Afganistán y que llegaron a ocupar cargos en el gobierno respaldado por la ONU en Trípoli tras el derrocamiento de Gadaffi; Abdel-Hakim Belhaj fue directamente señalado por el ex-Presidente español Aznar en los atentados de Madrid (Marzo 2004) y también se ha documentado su presencia en Siria como instigador del famoso Ejercito Libre sirio; no cabe duda de que los Gadaffi fueron vilmente engañados y su confianza en los británicos supuso a la larga su perdición, puesto que otros terroristas también relacionados con los Abedi permanecieron protegidos en Reino Unido. Es el caso de Abd al-Baset Azzuz, jefe militar de al-Qaeda durante la operación contra Libia, quien fue arrestado en Turquía y extraditado, en diciembre de 2014, a Estados Unidos, donde aún está pendiente de juicio por su implicación en el asesinato del embajador de Estados Unidos en Libia, J. Christopher Stevens. (6)

Pero mucho antes de aquello, había entrado en acción el padre del yihadista suicida de Manchester, en una clásica jugada de la siempre omnipresente inteligencia británica, cuyas consecuencias serían fatales durante la guerra de 2011.

El intento de magnicidio en el que participo Ramadan Abidi a inicios de los 90 y la consciencia de hasta qué grado los británicos se habían infiltrado la Inteligencia libia, provocarían la reacción de Gadaffi, quien inició entonces una gran purga en el interior de sus servicios de seguridad y en el ejército.

Muchos cuadros de mando serian defenestrados, descabezando un ejército que quedaría reducido a una mínima expresión cuando Gadafi opto por el modelo de “el pueblo en armas”, un sistema que se demostró ineficaz en 2011, cuando yihadistas y la OTAN atacaron Libia. Como resultado, gran parte de la infraestructura física, política y social de lo que fue el país con el más alto nivel de vida en África fue devastada y se ha convertido en un caldo de cultivo para más terrorismo islamista.

Junto a ello, Libia se convertiría en el primer caso en el que el Consejo de Seguridad autorizó una intervención militar citando la R2P. El 26 de febrero de 2011, el Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad la resolución 1970, haciendo referencia explícita a la R2P,

Una coalición que en última instancia incluyó a 15 países de la OTAN, Suecia, Jordania, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, participó en la implementación de la zona de exclusión aérea sobre Libia ordenada por la Resolución 1973.La misión de la OTAN terminó el 31 de octubre cuando el Consejo de Seguridad de la ONU votó por unanimidad el 26 de octubre de 2011 para poner fin a la zona de exclusión aérea en Libia. (7)

Ramadán Abedi; el padre del suicida de Manchester
Ramadán Abedi, el padre del atacante Salman Abedi, fue miembro del LIFG (Libyan Islamic Fighting Group), fundado en 1995 y vinculado a Al Qaeda, que buco desde sus inicios el derrocamiento de Gadafi, como afirma a la prensa británica Abdel-Basit Haroun, ex funcionario de seguridad libio. (8)

Pero la versión ofrecida por los medios británicos omite cuidadosamente que Ramadán Abedi llego al Reino Unido por primera vez en calidad de oficial del servicio de seguridad interna de Muammar Gaddafi. En 1992, el MI6 británico reclutó a Ramadan Abedi y organizo entonces el ya referido intento de asesinato que no se culminaría con éxito.

Fracasado el intento, la Inteligencia británica lo traslado al Reino Unido en 1993 protegiéndolo y presentándolo como "exiliado político". En 1994, Ramadan Abedi regresaría clandestinamente a Libia con un nuevo encargo del MI6; la creación del ya mencionado Grupo Islámico Combatiente en Libia (LIFG, en inglés) y un fracasado nuevo intento de asesinar a Gadaffi; Malcolm Rifkind, entonces ministro británico de Asuntos Exteriores reconoció el pleno conocimiento de una operación por la que el gobierno británico desembolso 100.000 libras a los mercenarios que prepararon el complot. (9)

Ramadán Abedi.
Ramadan el Abedi, el padre de Salman el Abedi (suicida de Manchester) organizo numerosos eventos para recaudar fondos para enviarlos al Grupo Combatiente Islámico de Libia (LIFG).Solo tras la caída de Gadaffi, Ramadan Abedi se instaló en Libia y trasladó su familia a ese país, pero dejó a sus hijos en Manchester; según reconoce el propio padre, Salman Abedi viajó a Libia en varias ocasiones, a veces con su padre y otras veces sin él. (10)

Sin embargo, todo este relato no supone novedad alguna; los propios informes del gobierno británico desmontan su propia farsa, o que por otra parte nos induce a extrapolar que lo que ocurre en Siria no es sino más de lo mismo.

En septiembre de 2016, un comité parlamentario admitió que la intervención en Libia era innecesaria y condujo al colapso de ese país y al auge de Daesh. Implícitamente vuelve a demostrar que los informes de inteligencia se confeccionan y publican para respaldar decisiones estratégicas ya tomadas y no al revés, como en el evidente caso del ataque a Siria tras el supuesto ataque químico a Khan Sheikoun. (11)

Una relación demasiado incomoda
Reino Unido utilizo al LIFG en repetidos intentos de asesinar a Muammar Gaddafi en la década de 1990. Sus líderes más veteranos ya habían combatido contra la Unión Soviética en Afganistán, en Bosnia, Chechenia o Irak. Ante la decidida persecución de Gadaffi al yihadismo en Libia, muchos recibieron asilo en Gran Bretaña en la década de 1990, presentados como "perseguidos políticos".

McCain & Abdel-Hakim Belhaj
Oficialmente el LIFG, se disolvió formalmente en 2011 y sus miembros se unieron a organizaciones, como Ansar Al Sharia, vinculada a Al Qaeda; la posterior aparición del Estado Islámico en Libia, solo fue un cambio de denominación puesto que la mayoría de sus integrantes son estos mismos veteranos combatientes.

El estrecho vínculo entre determinados servicios de inteligencia occidentales y los movimientos yihadistas es tan evidente que no resulta extraño que pocos medios hayan decidido publicar en toda su dimensión la verdadera historia del ultimo yihadista suicida y su familia; desentrañar hasta las últimas consecuencias su historia significa hallar una aplastante evidencia de la conexión entre el gobierno británico y los movimientos yihadistas libios.

Todo el espectro político europeo y "mass media" allegados apoyaron sin fisuras y al unísono la destrucción de la Libia de Gadaffi en 2011; la farsa de la "Primavera Árabe" fue vendida al ignorante espectador europeo como una nueva cruzada liberadora y modernizadora que iba a sacudir el mundo islámico de arcaicos dictadores, con la ayuda de EE.UU, de la OTAN y de las monarquías teocráticas del Consejo de Cooperación del Golfo.

Clinton en Libia.
Se ocultó con infame descaro el verdadero rostro de estos nuevos "muyahaydines de la libertad" (como se definió en su momento al movimiento yihadista que combatía a la URSS en Afganistán) en el país norteafricano, apoyando con entusiasmo una guerra dirigida desde Washington, Londres, Paris o Doha y sobre el terreno desplegaba una amalgama de mercenarios islamistas de larga trayectoria al servicio de los intereses de dichos países (Yugoslavia, Chechenia, Kosovo...).

Apenas días después del atentado en Manchester, un nuevo golpe yihadista golpeaba a la comunidad copta en Egipto, cometido por la sección libia de Daesh; su germen nació en 2011, pero aquello se le vendió al mundo como población civil en armas contra la tiranía del cruel Gaddafi.

El gobierno libio de Tobruk ( no reconocido por las Naciones Unidas) controlado por el general Khalifa Haftar, y que no reconoce al gobierno de Trípoli considerando que está dominado por extremistas, alzo la voz en el mismo sentido con una denuncia que en otras circunstancias debería haber sido tomada como de extrema gravedad:

"El Grupo Libio de Lucha... ha estado reclutando a jóvenes libios y musulmanes en el Reino Unido y Europa y enviándolos a Libia ya otros países para entregar el terrorismo y la muerte. El anterior gobierno británico ha estado presionando en todos los sentidos posibles la prevalencia de estos grupos y su control de Libia". (12)

NOTAS:

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